Decorar con flores una catedral es complicado por el espacio tan grande, pero a la vez es muy gratificante porque las flores lucen mucho más bonitas. En la boda de Pilar y Sergio pusimos paniculata en la entrada y dos bodegones que marcaban la entrada para los invitados de la novia y del novio. El lugar de la ceremonia quedó como de cuento con un pasillo de eucalipto y velas y unos escalones llenos de flores. Fue un lujo participar en una boda como esta.
Las fotos son de Sara Lobla. La próxima semana os enseño más del ramo de la novia y la decoración del banquete.
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