Tatiana lo tenía muy claro. Quería un ramo sencillo, con flores silvestres “como recién cogidas del campo“, una expresión que es curioso, porque me lo dicen muchas novias.
El ramo está compuesto de un brezo precioso que muy pocas veces he visto, astilbe, verónicas, astrantia y para dar el punto más romántico y elegante rosas ramificadas y dalias. Como verde, alguna ramita de olivo y de eucalipto.
Todas estas flores las elegimos también para la decoración de la iglesia y de los centros de mesa, como ya os he mostrado en post anteriores.
Muchísimas gracias a Tatiana por ser una novia tan maravillosa.
Fotografías de Javier Arroyo.
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