Begoña de Leivmotive y Pilar, la novia, imaginaron una boda con flores silvestres, mesas corridas y un camino de mesa con tela de arpillera. Algo muy campestre y desenfadado, que me permitió elegir flores como astilbe, dalias, eucalipto o solidago junto con otras un poco más delicadas como rosas y dalias.
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